Estamos estrenando el blog, juntas, algo que no tiene precio.
Yo, María, quiero y necesito poder entrar a leerte muchas veces, así que por favor deja de estar varada y desempolva tus letras abandonadas. Aunque sean poquitas me vendrán muy bien.
1 comentario:
Anne
dijo...
Maria, quiero darte las gracias con toda el alma, por este blog, con el cual quieres ayudarme a salir de mi letargo literario. Darte las gracias, por todas las horas que pasaste confeccionándolo, amorosamente, y por tu paciencia infinita conmigo y con mis ignorancias internautitas. Darte las gracias, por querer construirme un lugar en el que cuando abra la ventana de mi ordenador, me sienta en mi casa, contemplando el hermoso roble que buscaste para mí. En este momento me cuesta mucho escribir, me supone un gran esfuerzo dejar que mis emociones se suelten, pero te prometo que voy a hacer bien mis deberes. Intentaré rescatar del pozo cada palabra, cada poema, que se han ido colando y volver a hacer una de las cosas que más feliz me han hecho en la vida: escribir. Poco a poco me iré librando de la soga que me sujeta y perderé el pudor a dejar que los demás lean sobre mis alegrías, mis miedos, mis esperanzas. Te lo debo, porque tu apuestas y crees en mi y no quiero decepcionarte. Gracias, amiga mía, por estar siempre, por compartir tus sueños conmigo, y sobre todo, por logar que cualquier cosa que hagamos juntas, se convierta en una verdadera fiesta.
1 comentario:
Maria, quiero darte las gracias con toda el alma, por este blog, con el cual quieres ayudarme a salir de mi letargo literario.
Darte las gracias, por todas las horas que pasaste confeccionándolo, amorosamente, y por tu paciencia infinita conmigo y con mis ignorancias internautitas.
Darte las gracias, por querer construirme un lugar en el que cuando abra la ventana de mi ordenador, me sienta en mi casa, contemplando el hermoso roble que buscaste para mí.
En este momento me cuesta mucho escribir, me supone un gran esfuerzo dejar que mis emociones se suelten, pero te prometo que voy a hacer bien mis deberes.
Intentaré rescatar del pozo cada palabra, cada poema, que se han ido colando y volver a hacer una de las cosas que más feliz me han hecho en la vida: escribir.
Poco a poco me iré librando de la soga que me sujeta y perderé el pudor a dejar que los demás lean sobre mis alegrías, mis miedos, mis esperanzas.
Te lo debo, porque tu apuestas y crees en mi y no quiero decepcionarte.
Gracias, amiga mía, por estar siempre, por compartir tus sueños conmigo, y sobre todo, por logar que cualquier cosa que hagamos juntas, se convierta en una verdadera fiesta.
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